Romanos 13.vers.11 y 12  Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La  noche esta avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues las obras de las tinieblas, y vistámonos de las armas de la luz.

A diario tenemos lucha contra seres invisibles que penetran en los hogares para traer rebeldía, disensión, pleitos y contiendas, el enemigo viene a robar, matar y destruir; pero el Señor nos dice que es tiempo de empuñar las armas espirituales y desalojarlos  de los hogares, de las vidas.

La noche esta avanzada se refiere al tiempo presente de maldad y se acerca el día, alude al regreso del Señor Jesucristo.

Todo  lo que sucede en este mundo es consecuencia de seres invisibles, no los vemos, pero son un ejército organizado con propósitos diabólicos.  Dice la palabra en Efesios cap.6.12 porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

El Apóstol Pablo nos dice que nos revistamos de la Armadura de Dios que es revestirnos del Señor Jesucristo;  al hacerlo es entrar en un proceso de santificación y es poder luchar contra mis debilidades, malos hábitos y costumbres, comenzar a vencer, salir del sueño y pereza espiritual; levantarme  en oración, ayuno, intercesión, oración de liberación, renunciando a todos estos enemigos que diariamente están acompañándome.

Cuando oramos las tinieblas retroceden y cuando lo dejamos de hacer ellas avanzan. Es tiempo de arrancar, destruir, arruinar y derribar los planes del enemigo para poder edificar y plantar. Edificar hogares sólidos en cuyos corazones este plantada la bendita palabra y sean canales de bendición para una sociedad en crisis.

Debemos ser siervos vigilantes dice su palabra en Lucas 12.39  Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.

El Señor quiere que se levante una nueva generación, esforzada y valiente, que crea a sus promesas y le hable a un mundo que será afectado por nuestras palabras.

Tenemos poder para proclamar el reino de Dios sobre nuestras vidas y hogar.

Hay que vencer las oposiciones; somos más que vencedores y debemos estar por encima de las situaciones y circunstancias. Su palabra nos dice en el Salmo 18. Vers.29-32-34-39- y 48. Contigo desbarataré ejércitos y con mi Dios asaltaré muros. Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino.  Quien adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce. Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; has humillado a mis enemigos debajo de mí.  El que me libra de mis enemigos, y aún me eleva sobre los que se levantan contra mí. Me libraste del varón violento.

Vistámonos de las armas de luz nos dice el Señor a través del Apóstol Pablo. Armas como la oración,  el ayuno, la armadura de Dios, la sangre del Señor Jesucristo, el vallado espiritual, el amor, la alabanza y adoración, el nombre del Señor Jesucristo, la palabra de Dios, la perseverancia  y el amor.

El Señor no manda a la guerra soldados heridos, por eso es importante tener una sanidad interior.

Es tiempo de levantarnos  y de ser luz en medio de las tinieblas y arruinar toda agenda que diariamente el enemigo establece sobre nuestras vidas y familia. Hemos sido predestinados para cosas grandes; estar por cabeza y no por cola, ser bendecidos a todo nivel. Tiempos de restitución que solo pueden venir cuando tienes la identidad como hijo de Dios.

El Señor cumplirá su propósito en nuestras vidas a pesar de las adversidades.

Hechos Cap.15: vers.15-16-17-18 Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque del Señor y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos.

Tiempos de romper con la cautividad en tu vida y hogar a través de la guerra espiritual.